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André Delvaux: un artista belga que ni siquiera España puede olvidar

Del 21 al 24 de enero, un acto organizado por el Círculo de Bellas Artes de Madrid y la Delegación general Valonia-Bruselas en España rindió homenaje en Madrid al cineasta belga André Delvaux. Se proyectaron tres de sus películas más emblemáticas para que el público pudiera descubrir o redescubrir su universo.

Un cineasta que dejó su marca

André Delvaux nació el 21 de marzo de 1926 en Heverlee. Es una figura importante del cine belga y europeo. Antes de dedicarse al cine, estudió piano y se licenció en filología germánica en la Universidad Libre de Bruselas. Aún hoy se le considera uno de los pioneros del cine belga moderno, que dejó su huella en la historia con su estilo único que mezcla realismo y fantasía. A menudo identificado como «realismo mágico», sus películas exploran los límites entre lo real y lo imaginario. Murió en Valencia en 2002, dejando tras de sí una obra que ha influido e inspirado a sus sucesores.

Su obra homenajeada en Madrid

Con motivo de la publicación de la primera monografía dedicada a André Delvaux en España, La atracción del lugar desconocido, de Santiago Rubín de Celis, y en colaboración con el Círculo de Bellas Artes de Madrid, se proyectaron tres de las películas más importantes del cineasta belga, recientemente restauradas por Cinematek en Bruselas.

En el programa:

  • 21/01: “Una noche, un tren” (1968)

Esta película sigue el viaje onírico de una pareja, Anne y Mathias (interpretados por Anouk Aimée e Yves Montand), cuyo tren se detiene en un pueblo misterioso donde sus puntos de referencia habituales ya no tienen sentido. El viaje simboliza también las tensiones culturales y existenciales en la vida de los protagonistas.

  • 22/02: “Cita en Bray” (1971)

Basada en un cuento de Julien Gracq, esta película sigue a Julien, un pianista luxemburgués, que es invitado a una casa solariega por su amigo Jacques, que no se presenta. Entre la expectación y los recuerdos, la película mezcla realidad y sueños en el contexto de la Primera Guerra Mundial, típicamente imaginada por Delvaux.

  • 24/02: “El hombre del cráneo rasurado (1965)

Govert Miereveld, profesor y abogado, se enamora de su alumna. Se muda de casa, pero se hunde en la locura tras una autopsia traumática. Institucionalizado, duda de haber matado a su alumna. Esta película, considerada una de las primeras obras maestras del director, explora la frontera entre la realidad y la locura.

Estas tres películas representan a la perfección el estilo cinematográfico de Delvaux y permiten al público conocer el estilo distintivo del célebre cineasta belga. Realismo mágico, narraciones complejas, influencias literarias, una atmósfera melancólica, una estrecha frontera entre lo real y lo imaginario: todo ello define la forma en que dirige su obra.

Santiago Rubín de Celis: la monografía de un gran cineasta de autor

Santiago Rubín de Celis, sociólogo y profesor universitario, experto en diseño y cultura audiovisual, es el autor de la monografía La atracción del lugar desconocido. En su libro, analiza el cine de André Delvaux como una exploración de la subjetividad, en la que los deseos y sentimientos inconscientes se convierten en los motores narrativos. “La importancia de la obra de André Delvaux (1926-2002), dejando de lado su papel como precursor y primera figura internacional del cine en Bélgica, es la de uno de los cineastas más insólitos del panorama europeo posterior a la irrupción de la nouvelle vague. El suyo es un cine de autor riguroso y muy personal, calificado de realismo mágico por su juego continuo entre la realidad y lo imaginario, que bascula en lo que diversos expertos han denominado como un “encuentro entre las artes”, en el que se entremezclan música y literatura, pintura y teatro con el lenguaje cinematográfico.” (Santiago Rubín de Celis).

Las cerca de setenta personas presentes cada tarde pudieron descubrir o redescubrir las obras de Delvaux. La contextualización aportada por el autor de la monografía permitió al público sumergirse en la película y apreciar su riqueza. El acto arrojó luz sobre obras que merecen ser celebradas.

El acto rindió homenaje a un cineasta que desempeñó un papel importante en la historia del cine belga y europeo, y demostró que, incluso en 2025, André Delvaux sigue estando de actualidad.